Siempre te haces extrañar
Y a veces cae de la rama
una gota,
O moscas y mosquitos se vienen
a parar en mi hombro
Como queriendo decirle
algo al agujero que escarban en la piel
Revolotean en el viento
millones de partículas de polvo
Y yo no pienso en si
mañana será un día lluvioso
O si debo levantarme por
un vaso con agua;
Solo la pared sordomuda me
devuelve una mirada
Y entonces te extraño
mucho…
Pensándote, como si tu
memoria estuviese hecha de alcohol
Y la estuviera vertiendo
entre mis manos donde te evaporas al instante
Más tarde se apaga el
ruido
El ruido aplastante de la
urbe, enmudecido un instante
Instante en que un niño deja
de caer muerto en la acera
Le salva un semáforo en
rojo que parece eterno reloj de arena
y dejan de moverse todas
las cosas vivas y muertas
para que nos detengamos en
un rincón del tiempo
y yo te ame como siempre
quise,
Como te amé cuando
tímidamente te sonreí una vez
Profundamente, como el
aroma de la tierra húmeda en verano
Como las aves aman el
cielo y cantan
Cantan tanto que sin
querer terminan volando a mitad del día
y desde que te supe yo
estoy cantando silenciosamente
Así, sin darme cuenta, a mitad de la noche estoy
volando
y solo me detuve hoy a
mitad del cielo para decírtelo
para gritarte que te
extraño todo el tiempo
no vaya a ser que mañana
se trague mi casa un rio
o me quede mudo,
que ya no recuerdes mi
nombre
o el color se le vaya a
mis ojos
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